Zidane se movía con la armonía de un solo ser con el balón. Con deslumbrante maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con pasión desbordante. Sus pases eran de una perfección pasmosa, como pinceladas https://adreacywr233446.blogsvila.com/38823851/el-momento-exacto-del-cabezazo-de-zidane