''En la Sagrada escritura, el nombre es tan importante que casi se identifica con la persona misma. Santificar el nombre de Dios, es santificar y honrar a Altísimo mismo. Nunca es un apelativo meramente convencional: siempre dice algo sobre la persona, su origen o su delegación''. Podemos conseguir una https://bookmarklinking.com/story2727264/un-imparcial-vista-de-sagrado-corazon-de-jesus